martes, 9 de febrero de 2016

DON CARNAL Y DOÑA CUARESMA



La primera mención escrita de nuestros personajes, Don Carnal y Doña Cuaresma, la encontramos en el Libro de Buen Amor, escrito en castellano antiguo por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, alrededor del año 1330. En uno los pasajes de este libro nos cuenta "De la pelea que ovo Don Carnal y la Cuaresma". A modo de alegoría, representa a las Carnestolendas como Don Carnal, un hombre mundano y amante de los placeres, y del otro lado la Cuaresma como Doña Cuaresma, mujer recta y pura.

El pasaje cuanta como Doña Cuaresma reta a Don Carnal a mantener una batalla al cabo de una semana, para el Miércoles de Ceniza. Don Carnal acude con su ejército de bueyes, jabalíes, puercos, jamones, capones, gamos, corzos, gallinas, becerros, cabras y demás carnes, para enfrentarse en campo abierto a Doña Cuaresma y su legión de verduras, vegetales, pescados y mariscos. Todos estos alimentos vienen de la rica gastronomía de la península Ibérica. El primer enfrentamiento acaba en tablas y ambos contrincantes se retiran a sus tiendas. Don Carnal, decide celebrar un fastuoso banquete. Propenso a los excesos, el banquete le provoca a él y a los suyos una enorme pesadez y sueño. Doña Cuaresma, aprovechando la situación y sin apenas oposición, entra de noche en la tienda de su enemigo, al cual somete y hace prisionero. Ese mismo día, Miércoles de Ceniza, Don Carnal debe confesarse y hacer penitencia. Mientras tanto Doña Cuaresma anuncia su victoria y llama a los feligreses cristianos para que participen y reflexionen durante este tiempo de penitencia. Durante cuarenta días, Don Carnal parece verdaderamente arrepentido de sus pecados, pero en Domingo de Ramos, consigue burlar a su carcelero, Don Ayuno, para reunir de nuevo a su ejército. Doña Cuaresma, que no puede contrarrestar al nuevo ejército, decide huir a Jerusalén con sus mejores galas durante la noche del Viernes Santo. Al día siguiente, Don Carnal acompañado de Don Amor, Don Almuerzo y Doña Cena, entra triunfante en la ciudad sobre un carro musical. El Domingo de Resurrección se respira un aire nuevo.

Esta metafórica batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma ha sido adaptada al desfile de Carnaval en la villa de Madrid.  En el barroco madrileño el desfile de Carnaval comenzaba con la "tarasca", una especie de monstruo con cuerpo de galápago, alas de vampiro y cabeza de serpiente, que también salía en la procesión del Corpus Christi. Tras la tarasca comenzaban los combates entre los partidarios de Don Carnal y Doña Cuaresma. Disfrazados de distintos tipos de animales, verduras y pescados, estos simulaban la batalla relatada en el Libro del Buen Amor hasta el final del desfile, donde con malas artes Doña Cuaresma hacía preso a Don Carnal.

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